Hace tres años tuve un noviazgo maravilloso. Me sentía feliz y pleno en todos sentidos, al grado que sentí que encontré al amor de mi vida. A los seis meses de relación mi pareja fue violada por un desconocido en la calle. Esto desencadenó una serie de eventos que terminaría con mi relación y me dejarían marcado de por vida. Es uno de los eventos más traumáticos y desgarradores de mi existencia.
Nunca hablé públicamente al respecto hasta ahora, he sufrido en soledad y silencio estos años. En aquel momento sentí como si un increíble y bello bosque que hubiera sido devorado por voraces llamas que no dejaron más que cenizas. Pura desolación, infelicidad y destrucción.
Superar eso ha sido tremendamente difícil, en parte porque tanto ella como yo lo manejamos en silencio. Ella no quiso recurrir a la justicia, porque ya le habían fallado una vez. Yo respeté todas sus decisiones y también estaba consciente de lo inefectiva que es la justicia en México para este tipo de casos. Además, yo debía ayudarla y apoyara a ella pero no había quien me apoyara a mí.
Intenté ayudarla lo más posible, pero todo esto no fue suficiente para salvar una relación que estaba herida de muerte. Espero que ustedes nunca experimenten esto. Vivir cómo un desconocido, con violencia, se entrometa en algo que debería ser íntimo, y despedace lo que con tanto trabajo construiste con otra persona. Después de esto, la relación solo duró seis miserables meses. Quedé aún más solo y deprimido, porque nadie podía ayudarme.
No me abrí con muchas personas al respecto, sobre todo porque tienden a comentar estupideces. Por ejemplo, muchos no entendían que yo estuviera mal porque a mí “no me pasó nada”. Otros reaccionaban como si les hubiera contado que perdí un billete de veinte pesos. Incluso fui con una psicóloga que trató mil temas conmigo, pero a ese le sacó la vuelta, yo sospecho porque no sabía bien qué hacer. Aprendí que la mejor opción era el silencio.
Esto me sumió en una depresión que me duró todo el 2019 y me envejeció prematuramente. Desde niño he sido canoso, pero en ese año mis canas se multiplicaron exponencialmente. Perdí cabello a un ritmo acelerado. Las nuevas personas que conocía (que no eran muchas porque me la pasaba encerrado) siempre me calculaban unos diez años más de los que en verdad tenía. Aún así, logré ser fuerte y casi nadie se enteró de mi depresión ni sus motivos.
En 2020 empezó la pandemia y llegó en un momento muy difícil: recién regresaba a Mexicali y no alcancé a reconectar con casi nadie o crear un nuevo círculo social antes que empezara la cuarentena. Por ello, me enfrenté a la situación de estar encerrado en cuatro paredes sin mucho qué hacer más que lidiar con mis demonios como si estuviera en un manicomio. Fue otra de las cosas más difíciles que me han tocado en la vida.
Durante la búsqueda de alivio, llegué a un foro de Reddit denominado “sobrevivientes secundarios”. Es un foro para personas que han pasado por algo similar: personas cercanas a otras que fueron abusadas sexualmente, como parejas o familia. Fue la primera vez que escuchaba el término y tuvo todo el sentido del mundo. Un violador no sólo afecta a una persona, sino a todo un círculo social de la persona abusada.
En el foro encontré personas que pasaron por cosas similares, contaban sus experiencias, sentimientos, vivencias, y me identifiqué muchísimo. Esa fue la primera ayuda real que recibí y me ayudó un poco a validar mi experiencia y reconectar con mis emociones.
Una de las publicaciones fue de una investigadora china, Diana Pang, que desarrollaba un proyecto de diseño de interacción en Costa Rica. En su convocatoria explicó que buscaba hablar con sobrevivientes secundarios y la idea era crear algo que ayudara a las parejas en esta situación. Para mí, fue una oportunidad de ayudar a más personas, cuando menos mi experiencia podría servir para eso.
Con mucho gusto participé, y Diana me entrevistó en diciembre 2020. “Siento que la mayor parte de la carga recae en los sobrevivientes secundarios, porque ellos tienen que ayudar a su pareja y a sí mismos”, me dijo durante la entrevista. Fue la primera que me comunicó algo útil. Yo no entendía bien el proyecto, pero esa fue una lección muy importante para mí. Con mucha frecuencia entrevisto a gente para mis investigaciones: fue una oportunidad de estar del otro lado y comprender a mis participantes.
El resultado de la investigación es el proyecto Epione. Es un concepto interesantísimo que jamás me hubiera imaginado. Consiste en una especie de juego para parejas que han pasado por una situación de abuso. En ocasiones, esto rompe la intimidad e interfiere con el sexo, y con una especie de juego se obtiene una guía para reconectar con la pareja. La pregunta desde donde partes es: «¿Cómo podemos ayudar a los sobrevivientes de abuso sexual y a sus parejas a lidiar mejor con los problemas de intimidad?».
El juego original consiste en una serie de tarjetas, un llamado «dispositivo de aterrizaje» y también unas piezas geométricas que son un juego de balance. Es similar a un juego de mesa, pero su objetivo es crear un lazo de confianza e intimidad en la pareja que está teniendo problemas. Es una especie de guía.
Por ejemplo, una de las tarjetas tiene la pregunta: «¿Qué cosas podría hacer fuera del dormitorio para continuar el sentimiento de intimidad todo el día?». Este tipo de preguntas pueden ayudar a reconectar con el otro. El dispositivo de aterrizaje es un aparato que puede guiar con ejercicios de respiración para relajar a la pareja. El juego de balance es una interacción entre la pareja que también ayuda a la intimidad.
El proyecto concluido se mostró en el «Museo de la interactividad» que es una exhibición virtual inaugurada en febrero de 2021, que se puede consultar en el siguiente enlace: https://museumofinteractivity.herokuapp.com/. Cabe destacar que tendrán que navegar hasta llegar al proyecto, ya que hay muchos otros en este museo.
El motivo de esta publicación es comentarles que el proyecto Epione está nominado para los UX Desging Awards, que es un premio alemán otorgado a proyectos de diseño de interacción. El premio se otorga por votación, así que les pido que voten por el proyecto en el siguiente enlace, si este proyecto gana tiene más posibilidades de convertirse en un muy necesario producto comercial. Con suerte ayudará a muchas parejas en la misma situación.
Votar por Proyecto Epione
Afortunadamente hoy me encuentro en un mucho mejor momento en mi vida, pero no ha sido nada fácil. He tenido que salir arrastrándome por mis propios medios del infierno. El solo pensar en esto ha hecho que me duela mucho la cabeza y me ponga con un malestar general, pero creo que se tenía que decir y se dijo.
Actualmente estoy reconstruyendo mi círculo social, haciendo muchísimos proyectos nuevos, trabajando en mi mismo. Y lo curioso es que ya me calculan menos edad, eso me indica que voy por buen camino. Por su parte, mi exnovia también ha logrado salir de este agujero, y creo que está en muy buen camino para retomar su vida. Actualmente somos muy buenos amigos, y nos hemos ayudado mucho en este proceso.
No es fácil y es una camino muy solitario, pero hay esperanza.
Gracias por compartir esto, nunca lo había visto de esta manera
¡De nada! Gracias a ti por leerlo.
Gracias por compartir tu experiencia. Me parece muy valiente de tu parte, y se agradece el que seas abierto sobre el tema. En general creo que el sistema de recuperación esta enfocado en la persona que sufre la agresión directa o que esta enferma (cancer, parkinson…), y olvidamos que la enfermedad afecta no solo a quien lo vive en carne propia, sino a todo el núcleo cercano a esa persona, quienes intentan no mostrar como se sienten por creer que no tienen derecho a sentirse así o a que deben ser la “roca” y no pueden mostrar su debilidad. Lamentablemente muchas veces eso termina rompiendo a las familias o matrimonios, simplemente porque ya no saben cómo comunicarse y darse el permiso de ser vulnerables ante el otro. La atención y ayuda debe darse a todo el núcleo familiar.
Apenas voy leyendo tu comentario. Muchas gracias por lo que dices, y tienes mucha razón.